4.2.10

Tengo el ángel y el demonio, la razón y el instinto, las ganas de correr y el miedo a tropezar. Tengo un hilo fino del que se sostiene el equilibrio entre ambas partes. Tengo en una mano la navaja que lo puede cortar, y sin embargo me detengo, pienso y retrocedo. Seria inocentemente divertido hacerlo pero no lo vale. El instante de picardía y alegría se transformaría en confusión, y la confusión en ilusión. De la ilusión crearía historias, historias que me elevarían a lo más alto, solo para dejarme ver el paisaje desde arriba antes de caer al vacío. Sin el demonio el ángel no tiene porque de aconsejar, sin el instinto la razón no tiene a quien declarar culpable de los errores pasionales.

Pero que divertido seria intentarlo!

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