4.2.10


No hay límites para lo que mi imaginación se puede proponer. Crea mundos y cuenta historias. Los pinta de colores irreales, los llena de personajes sin inocencia, que viven eventos desafortunados. Desdobla los finales para que no sean felices pero deja la esperanza de que sí lo pueden ser. Entierra muñecas en cajas vacías y revive monstruos solo para dejarnos ver su lado bueno. No cree en príncipes azules que salvan a la doncella, sino que la obliga a forjar su destino y elegir sus propios caminos. En estos mundos los espejos no dan consejos, las madrastras tampoco torturan, pero las hadas no cumplen deseos. Los castillos más lúgubres son los que poseen mejores vistas y la protagonista nunca es la princesa. Mi imaginación crea mundos imperfectos, para dejarle ver a los ojos que las historias diarias pueden ser aventuras de cuentos.

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