8.11.09

No siempre se siente bien. El miedo a veces toca la puerta. Y tiende a llegar justo cuando uno cree que todo va a seguir bien.
Si eso no es ironía ya no se que lo es.
Todos te aconsejan, te miran con preocupación y te dicen que van a estar siempre a tu lado.
Eso te hace sentir bien, pero no espanta el miedo.
Y por más que sepas que tenés todo lo que necesitas y que esos que te hacen levantar siempre lo van a hacer una vez más, te falta algo, y el miedo en realidad es de no saber si algún día vas a sentir que ese vacío se llena.
Pero levantas la cabeza y seguís el camino. Ya te acostumbraste a hacerlo. No te gusta dejar que esa sensación interfiera en tu vida porque te atemoriza la idea de que eso te controle.
Terminas saliendo a flote otra vez, con ayuda de esos pocos amigos incondicionales, y seguís tu vida, el que te ve desde afuera ni sueña que puedas tener algo de que quejarte: tu sonrisa no lo deja ver.

No hay comentarios:

Publicar un comentario